¿Qué es la periostitis?
La periostitis tibial es una lesión típica del corredor, consiste en la inflamación del periostio
o membrana que recubre el hueso de la tibia. Se suele producir sobre
todo en épocas en las que los corredores aumentan el volumen del
entrenamiento, así, tanto impacto del pie contra el suelo hace que los
músculos tibiales traccionen continuamente sobre su inserción ósea,
creándose una vibración constante que hace que el periostico acabe por
inflamarse.
Aunque en unos corredores esta lesión aparece por una deficiente técnica,
en la mayor parte de los casos se corresponde con la inadaptación del
periostio y músculo a tanto volumen de entrenamiento. Aunque existen periostitis tibial anterior y posterior,
la anterior suele ser la más común, localizándose un dolor agudo en el
tercio inferior, que a veces puede llegar incluso hasta la rodilla.
La periostitis es relativamente fácil de detectar, el día que
salimos a correr y en el momento del impacto del pie contra el suelo
notamos una ligera molestia en dicha zona, como un pinchazo, que poco a
poco se va haciendo más molesta, llegando incluso a modificar la técnica
de carrera y en los casos más graves molestando incluso al andar o con
el simple hecho de subir escaleras.
¿Cómo tratar la periostitis?
Como toda lesión, la prevención es el mejor de los tratamientos y para ello debemos de pensar primero en el calzado y superficie donde corremos.
Las superficies duras y calzado que absorbe poco los impactos hacen que
el periostio vibre demasiado y con el tiempo acabe inflamándose, por
eso la elección de unas zapatillas que absorban bien el impacto y no
correr siempre por superficie dura es el primer medio de prevención que
tenemos que poner.
Otro aspecto con el que podemos combatir a la periostitis es con los estiramientos antes
y después de la carrera, para que el músculo tibial esté menos denso y a
la hora de la contracción ésta pueda realizarse de manera fluida sin
afectar demasiado al periostio.
Por supuesto llevar una planificación del entrenamiento adecuada es
crucial. Si hace tiempo que no corremos y empezamos con grandes
volúmenes (10-15 kilómetros), la periostitis no tardará en aparecer,
aunque esto, como en todo deportista, también tiene su parte de
genética, ya que hay deportistas en los que su periostio es más
resistente y otros en los que se inflama con sólo mirarlo.
Una vez instalada la periostitis se recomienda aplicar hielo unos 15 minutos después de acabar de correr, para así bajar la inflamación, siguiendo con la aplicación de un masaje con una pomada antiinflamatoria.
Lo más aconsejable es ir directamente al médico o fisioterapeuta, así
diagnosticará la gravedad de la lesión y nos recetará el tratamiento más
adecuado.
Si la periostitis no es muy molesta o es pasajera, muchos corredores
recurren a los calcetines compresivos o bandas compresivas de
esparadrapo en la zona tibial, para así tener más sujeta la zona y
reducir la vibración que provoca la periostitis. Esto sobre todo es un
remedio común a la hora de hacer una carrera y tener ligeras molestias
los días anteriores.
En los casos más graves debe de cesar la práctica deportiva. Son
casos en los que el deportista no ha hecho caso a la lesión y ha seguido
con sus entrenamientos. Por eso la detección temprana es un punto
importante para ganar la partida a la periostitis.
Con una buena fisioterapia y siguindo las recomendaciones en cuanto tiempo puede sanar completamente el lesión aproximadamente?
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