Es poco frecuente que la lesión en una raíz nerviosa ponga en peligro
al paciente, pero el dolor e incomodidad que genera son causas comunes
de ausentismo laboral. Por suerte, se trata de un problema que en buena
medida puede prevenirse.
El sistema nervioso se encarga de regular y dirigir las actividades
del organismo humano, por lo que dispone de extensa red de comunicación
formada por tejidos sensibles y especializados, los nervios, que
transportan tanto las órdenes que el cerebro dirige a cada órgano o
sistema como los estímulos que provienen del exterior y que son captados
a través de los sentidos.
La mayor parte de esta información es conducida por la médula
espinal, especie de "línea central" que corre de la base del encéfalo a
la región lumbar (parte baja de la espalda), y que debido a su
importancia y delicadeza se encuentra protegida por un canal formado por
huesos articulados, la columna vertebral. Dicho conducto óseo cuenta
con espacios (orificios intervertebrales) que permiten la salida de
raíces nerviosas o terminales de gran calibre que se ramifican y
desplazan hasta el último rincón del cuerpo humano.
A pesar de que la columna vertebral es una estructura precisa y
segura, es posible que sufra deterioro, enfermedades o accidentes que
afecten a los orificios intervertebrales, con lo cual se da origen a una
radiculopatía o lesión en alguna raíz nerviosa. Aunque su nombre suena
extravagante, este tipo de problema incluye a "memorable" padecimiento
conocido y experimentado por muchas personas: la ciática, doloroso
episodio que involucra a la parte baja de la espalda, glúteo y pierna, y
que es la segunda causa de incapacidad laboral, después de resfriado
(infección en nariz y garganta que genera estornudos, congestión y/o
flujo nasal y agotamiento) y gripe (enfermedad más intensa que la
anterior, en la que además se presentan tos, dolor de garganta, fiebre y
dolor en articulaciones).
La radiculopatía es una condición que rara vez pone en peligro la
vida del paciente, pero no por ello deben descuidarse aquellos factores
que le dan origen y que en muchas ocasiones pueden prevenirse, tal y
como describimos a continuación.
Nervio aprisionado
En términos generales, la lesión de una raíz nerviosa ocurre cuando
ésta es comprimida. Las manifestaciones características del problema son
dolor, falta de sensibilidad y sensación de hormigueo o debilidad,
mismas que se presentarán en zonas determinadas del cuerpo, dependiendo
de la parte afectada de la columna vertebral.
La causa más frecuente de radiculopatía es una hernia discal. Las
vértebras están separadas por segmentos de cartílago (discos
intervertebrales), cuya finalidad es amortiguar movimientos bruscos de
la espalda. La superficie dura de estos compactadores puede dañarse y
permitir la salida de su parte interna (núcleo pulposo) que es más
blanda, siendo dicho derrame el que reduce el espacio disponible y el
responsable del aprisionamiento de las terminales sensibles.
La hernia de un disco intervertebral puede ser propiciada por
factores genéticos (aquellos que se heredan de los padres), pero en la
mayoría de los casos se vincula a todo acto que altera la salud de la
espalda: falta de movimiento (vida sedentaria), adoptar malas posturas
al sentarse, sobrepeso, movimientos bruscos, sostener cargas muy pesadas
y practicar ciertos deportes (pesas y futbol americano).
Por otra parte, cabe recordar que existen otros factores condicionantes de radiculopatía:
- Debilitamiento de las vértebras. Las raíces nerviosas pueden ser aplastadas (sufrir colapso) cuando los huesos de la columna pierden fuerza debido a un golpe accidental o a pérdida de minerales (osteoporosis).
- Artrosis. Es un problema reumático en el que las vértebras presentan crecimientos irregulares o protuberancias (espolones u osteofitos) que estrechan el canal vertebral y comprimen las terminales nerviosas. Es más común en personas de edad avanzada.
- Tumores. Aunque menos frecuente, la formación de tejido óseo anormal en la columna puede aprisionar a las raíces nerviosas.
- Infecciones. También son poco comunes, pero problemas como meningitis (inflamación de las meninges o tejido que cubre al cerebro y médula espinal, ocasionada por microorganismos) o el virus herpes zoster (causante de la varicela) pueden afectar a las raíces nerviosas.
Es habitual que el dolor y demás síntomas generados por la
radiculopatía empeoren cuando la persona mueve la espalda, incluso
cuando tose, estornuda, ríe o intenta realizar esfuerzos (se agacha,
trata de levantar algo o defeca). Como mencionábamos hace un momento, la
localización de las molestias dependen del lugar de la lesión:
Cuando la compresión afecta a las raíces lumbares (parte baja de la
espalda), el dolor puede presentarse en la misma zona de origen y
desplazarse a través del nervio ciático a nalgas, muslo, pantorrilla y
pies. Este tipo de radiculopatía, que es la más frecuente, suele afectar
sólo a una pierna, la cual puede experimentar debilidad y dificultad
para ser levantada.
El cuello (columna cervical) es el segundo punto de mayor incidencia;
en estos casos el paciente experimenta dolor y hormigueo en omóplato,
axila y hombro, mismos que se extienden al brazo y algunos dedos de la
mano. Por lo general sólo se presenta en un hemisferio y con frecuencia
se debe a tirones en el cuello como producto de accidentes
automovilísticos.
La radiculopatía menos frecuente, pero también la más grave, ocurre
en el centro de la columna. Cuando es muy severa lesiona a los nervios
que controlan las funciones intestinales y de la vejiga urinaria,
alterando la capacidad de defecar u orinar. Se debe sobre todo a
accidentes, y requiere atención médica urgente.
Terapia y detección
Debe pensarse en la posibilidad de una lesión de las raíces nerviosas
cuando la persona experimenta dolor, pérdida de sensibilidad o
debilidad en un segmento específico del cuerpo, sobre todo si presenta
alguno de los factores de riesgo: sobrepeso, practica algún deporte en
el que se realizan movimientos bruscos, padece descalcificación de
huesos, ha cargado objetos pesados, ha tenido un accidente
automovilístico o sufrió recientemente una caída.
El médico encargado de efectuar el diagnóstico (reumatólogo,
neurólogo, traumatólogo u ortopedista) puede deducir cuál es el nervio
afectado según la localización de los síntomas y el nivel de dolor o de
insensibilidad. También es importante la exploración física para
detectar posible adormecimiento o manifestación de otras molestias en el
área de la columna vertebral.
A fin de lograr un diagnóstico más certero se recurre a la toma de
una radiografía que muestre el estado de la columna y permita visualizar
si las vértebras han sufrido adelgazamiento, lesiones o si están mal
alineadas. Otras pruebas que se emplean con éxito son la tomografía
(sistema especial de rayos X que permite obtener imágenes
tridimensionales) y la resonancia magnética (obtención de gráficos del
interior del cuerpo gracias a ondas de radio), pues definen con más
detalle lo que ocurre dentro y alrededor de la médula espinal.
Una vez que se obtiene el diagnóstico se procede a establecer el
tratamiento, mismo que dependerá de la causa y gravedad de los síntomas.
A grandes rasgos, las medidas a seguir son:
- Aquellos casos en que la radiculopatía se deba a tumores medulares se indican cirugía, radioterapia (tratamiento en que los tejidos anormales son destruidos mediante radiaciones) o ambas.
- Las infecciones se deben tratar inmediatamente con antibióticos y, en caso de abscesos (acumulación de pus), es habitual que se proceda a drenarlos (eliminarlos).
- En caso de hernia discal se requiere reposo y se evitarán aquellas actividades que demanden esfuerzo de la columna (levantar objetos pesados, agacharse o hacer esfuerzos). También se aconseja dormir en un colchón rígido y efectuar ejercicios abdominales y flexiones que consisten en mantener la espalda recta contra una pared o el piso mientras se realizan movimientos con las extremidades. Si los síntomas se agudizan puede considerarse la cirugía.
- En los accidentes automovilísticos es común que se genere lesión en la columna cervical, por lo que se suele recomendar la utilización de un collarín que inmovilice la región.
- Cuando se trata del colapso de una vértebra como consecuencia de osteoporosis es poco lo que se puede hacer, excepto sujetar la espalda con un corsé para limitar el movimiento.
- Los analgésicos son útiles para controlar el dolor, cualquiera que sea la causa, y también se llegan a utilizar relajantes musculares.
Como puede apreciarse, en la mayoría de casos es posible realizar
medidas preventivas que reduzcan el riesgo de padecer este problema tan
doloroso, responsable de numerosos períodos de incapacidad. Nuestras
recomendaciones son:
- Haga ejercicio regularmente para fortalecer músculos de espalda y abdomen.
- Mantenga un peso ideal para que su columna vertebral no haga esfuerzos excesivos.
- Si tiene antecedentes de problemas de columna vertebral, elija deportes que no incluyan tirones de espalda (caminar, nadar, ciclismo) y evite tenis, golf, boliche, futbol americano o levantar pesas.
- Al levantar objetos, doble las rodillas y súbalos desde abajo con la espalda recta, en lugar de doblar la cadera y levantarlos desde arriba.
- Es importante que los automovilistas adquieran conciencia no sólo de manejar con prudencia, sino que también deben procurar el uso del cinturón de seguridad y equipar su vehículo con reposacabezas, ya que reducen el riesgo de sufrir lesión en el cuello en caso de accidente.
- Procure que su dieta incluya importantes cantidades de alimentos ricos en calcio (en mujeres es importante que esto ocurra al menos desde los 30 años para disminuir problemas durante la menopausia, que ocurre entre los 40 y 50 años), como leche y sus derivados, verduras de hoja verde, semillas de ajonjolí, nueces, frijoles, salmón y sardina, a fin de prevenir problemas de osteoporosis o desmineralización de los huesos. Si tiene dudas de cómo lograr este objetivo, busque la asesoría de un nutriólogo."
- Mantenga el piso de la casa libre de objetos y cables que pudieran ocasionar una caída.
Esperamos que estos consejos le sean de utilidad, tanto por el bien de su espalda como por el de su salud en general.
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